Voy ya con la primera reclamación que me consta. Corría el año '94. Yo llevaba poco tiempo en la Universidad de Almería y, en una asignatura, Luisa Arvide daba la teoría y yo las prácticas. Como no había ningún tipo de posible coordinación, lo cual denunciaba yo, como podréis leer en algunos de los escritos adjuntos, en mi caso me dedicaba a dar las prácticas como clases de conversación en árabe, a falta de un lector que no teníamos. Ese curso eran tres chicas que os puedo garantizar que les hice trabajar bastante, pues tenían interés y al ser pocas personas y haber un contacto más directo se volcaron en la asignatura. Suele ocurrir. En junio tocaba hacer el examen, un formalismo pues habíamos trabajado durante todo el año, aunque a mí me gusta aprovechar hasta los exámenes para aprender, pues los suelo hacer de forma dinámica e interactiva. Mis calificaciones fueron: una matrícula de honor y dos sobresalientes. Luisa entregó el acta con sus notas (un aprobado y dos suspensos), ignorando las mías. Al menos no se atrevió a suspender a una de las mejores alumnas que yo al menos he tenido. Lo puse en conocimiento de distintas instancias, entre ellas el Decano (Documento D_6). Por su parte, las alumnas, no conformes con las calificaciones, presentaron una reclamación (Documento D_8).
Yo me tuve que ir a Marruecos a hacer un curso que ya tenía concertado y unas gestiones para el Legado Andalusí que me había encargado María Jesús Viguera. Ella seguramente lo recordará. Compré tinteros tradicionales que después se utilizaron en exposiciones del Legado Andalusí del '95 y alguno me consta que se lo quedaron algunas personas. Iba yo de zoco en zoco buscando duwaya-s que tuvieran aspecto de antiguos. Recuerdo también que me entrevisté con Saad al-Yadir, un iraquí que trabajaba para el rey de Marruecos y que tenía una importante colección de objetos de plata, porque el Legado quería algunos para las exposiciones que había planificado). A mi vuelta me encontré con que el director del Departamento me pedía un informe y se lo remití (D_14). Y me fui a hablar con el Secretario General de la Universidad. Me quedé de piedra cuando empezó a amenazarme con que dejara estar las cosas si no quería que me abrieran un expediente, insinuando que yo había cometido anomalías y estaban dispuestos a pasarlas por alto, sin querer decirme cuáles. Podéis ver mi reacción en mi escrito (D_16). Parecía obedecer a las acusaciones que Luisa Arvide había hecho contra mí en un informe suyo (D_12). Lógicamente, al tener conocimiento de esas acusaciones, le solicité al Presidente de la Comisión Gestora, que hacía de Rector, que investigara todo y lo aclarara, para que no existiera la más mínima duda (D_25).
No quisieron aclarar nada ni contestaron a la reclamación de las alumnas, ni dejaron que accediera al acta de la asignatura en la que yo quería poner las notas de las que me responsabilizaba. El decano, Pepe Guerrero, ahora vicerrector, en plan chanchullero, me decía que no me preocupara que iba a traer a unas personas (Alfonso Carmona, Victoria Aguilar y Antonio Morales) y les iban a poner un notable. Vaya chanchullo, ¿no, Alfonso Carmona?
Examinaron a las dos chicas que Luisa había suspendido, que debían de estar más que desconcertadas, pues no le habían constestado a la reclamación ni sabían con quién se tenían que examinar y de qué exactamente (no se si los del Tribunal miraron "el programa docente defendido en mis oposiciones (habla Luisa Arvide) a Profesor Titular ... ante ilustres arabistas"), con las lindenzas, además, que les dedica Luisa a las alumnas en su escrito (D_24) de que "por cierto han suspendido también otras asignaturas y han tenido un bajo rendimiento académico en las materias restantes y, sin embargo y curiosamente, no han presentado queja alguna en esos casos". ¡Qué delicadeza con unas personas que, por lo que a mí me consta, se habían volcado bastante en la asignatura y les debió de afectar mucho el tratamiento que recibieron para el rendimiento en todos los exámenes! Y lo más grave es que al final, Ana, la chica que más sabía (una de las mejores alumnas que he tenido, como decía, que hacía inglés y árabe al mismo tiempo sin faltar a las clases de una y otra asignatura, con sumo interés, y que si pensaba seguir sus estudios de árabe se le debieron de quitar todas las ganas, con un buen expediente pues era una muy buena alumna, que se merecía una matrícula), acabó con menor nota que las demás, porque lo que hicieron fue una auténtica chapuza y no se pudo presentar al examen al estar aprobada. ¿Recuerdas todo aquello, Alfonso? Tuvieron que ir hasta a urgencias por problemas estomacales, no de las alumnas, que debían también de tenerlos, sino de uno de los miembros del tribunal. Me ahorro más detalles de lo vergonzoso del asunto.
En próximas entregas me referiré al montón de reclamaciones que han ido siguiendo año tras año, salvo, curiosamente, cuando pude ser director del Departamento unos años para demostrar que es más fácil hacer las cosas bien que mal, pues este último caso acarrea más trabajo a la larga. Aviso que la mejor de todas es cuando Luisa suspendió a un chico marroquí que, indignado, presentó una reclamación y constituimos un tribunal para revisar su examen (yo ejercí de secretario). La verdad es que a la vista del examen era para suspender a la examinadora, que no sabía que al-sawma`a significa alminar y se lo consideró mal, entre otros numerosos aciertos que desempolvaré para conocimiento de los que han de juzgar los méritos de la aspirante a cátedra. También me referiré a la anterior convocatoria de la cátedra, de cómo no se pudo celebrar la primera vez porque renunciaron varias personas, con elegantes presiones por parte de miembros de la universidad de Almería. En la segunda convocatoria, María Jesús Viguera, que también estaba en la primera y ahora en la del 2011, renunció, como también hicieron otros. Entonces estaba menos justificada que ahora, ¿no crees, María Jesús? Explicaré mi contencioso, por qué lo presenté y cómo se resolvió, etc., etc.
Creo que es bueno recordar, para no olvidar, y aprender. Lo haré dentro de un tiempo, pues ahora necesito concentrarme y culminar las denuncias al fiscal (os daré cuenta más adelante de ellas) y también estoy preparando unos guiones para dos videos que pueda colgar en youtube. Uno será "Crónica de un escándalo anunciado" y otro "La forja de una cátedra". Espero que sean bastante didácticos e ilustrativos. La cátedra de árabe de Almería va a dar mucho juego y creo que va a servir para bastante. Al menos nos divertiremos.
Hola
ResponderEliminarMe gustaría saber si esos documentos a los que haces referencia en la entrada (Doc_3, etc) están en algún lugar concreto o no se pueden consultar.
Gracias
Quien esté interesado, si me envía un correo a jlirola@ibntufayl.org, le enviaré la documentación que desee.
ResponderEliminarJorge Lirola Delgado