Acabo de recibir la carta en la que me comunican que el Rector de la Universidad de Almería, Pedro Molina García, ha resuelto desestimar mi solicitud "para matricularme en el segundo ciclo de Filología Hispánica y, EN CONSUENCIA, NO TIENE DERECHO A ASISTIR A CLASE ALGUNA, AL NO ESTAR MATRICULADO". Las mayúsculas son suyas.
Su razonamiento es que "la Resolución de la sanción impuesta no es firme y está pendiente de una decisión judicial". Según ese razonamiento, debía de seguir yo dando clases, hasta que se pronunciara el juez. No es esa la realidad, sino que estoy suspendido "4 años y 3 meses de suspensión firme de funciones", decía la resolución de la sanción.
Es muy elocuente que hoy se cumplían tres meses desde mi recurso y ha sido el último día cuando lo he recibido, como también, según comprobé el otro día en el juzgado, la abogada de la universidad está retrasando todos los plazos de recepción de las notificaciones del juzgado y contestando el último día, para demorar todo el proceso.
Si una y otra vez D. Pedro Molina me ha demostrado que actúa de forma corrupta, no me cabe ninguna duda de que es un rector corrupto. ¡Qué vergüenza que gente así nos gobierne en la Universidad de Almería! Le mando este mensaje también a él a ver si le da vergüenza y contesta. Yo me comprometo a enviarlo a todas las listas a las que envío éste y colgarlo en mi página de denuncias.
Y Usted, Sra. María Luisa Trinidad, Secretaria General de la Universidad, imagino que comparte el proceder de D. Pedro Molina. Usted es jurista. ¿Su formación y su conciencia le permite seguir actuando como secretaria nombrada por un corrupto?
Me sanciona y no me deja dar clases (debe ser peligroso lo que les decía a los alumnos y debía de estar preparando terrorristas que, como yo, "atentaran gravemente contra la dignidad de los funcionarios", pues les digo a ellos que han de ser críticos, siempre constructivos, pero críticos y sin miedo (el miedo atenaza y no permite aprender ni ser uno mismo), que cumplan con sus obligaciones y exijan sus derechos, que los tienen, y que no dejen que se los pisoteen gente como D. Pedro Molina, un corrrupto que abusa del poder que tienen los rectores.
Y ahora no me deja que me pueda licenciar en filología hispánica y aprenda más. No puedo ni asistir a las clases. Ya lo que falta es que tampoco me dejen entrar en el Campus (eso querían hacerle a unos periodistas cuando convoqué una rueda de prensa hace ya tiempo; les pidieron el carnet de la universidad y si no lo tenían habían de irse).
Espero tener oportunidad de decirle muchas veces a la cara lo corrupto que es Usted, Sr. Molina, en público, para que haya testigos, por si quiere Usted denunciarme.
¡Qué poca vergüenza!
Por favor, dadle difusión a este mensaje, especialmente, los estudiantes, entre otros estudiantes de la Universidad para que se sepa la joya que tenemos aquí.
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