Ayer empecé bien el día, notificando a todos los que
pude que ya estoy aquí trabajando, conseguí actualizar la ip del ordenador y
conectarme a internet, pues se había desconfigurado, y me dieron acceso al
correo electrónico y al campus virtual. Me ha dado una alegría de niño con
zapatos nuevos esperar un ratanco viendo cómo se iban descargando los 5.539
mensajes y ver que me llegaban mensajes de las listas de la universidad, que ya
podré empezar a utilizar. A esta lista lo mando ya desde el correo del dominio
ual.es. El último correo era que el día anterior habían aprobado en el Consejo
de Gobierno la reforma de los departamentos y, transitoriamente, que seguramente
será permanente, al director y al secretario los
nombra el rector a dedo.
Unos me saludan efusivamente y se les nota que lo hacen
de corazón y otros ponen mala cara cuando me cruzo con ellos, no manteniéndome
la mirada. Entre el profesorado abundan más estos que aquellos y entre el
personal de servicios y los alumnos más aquellos que estos.
Me acordé de la última reunión, hace un año, en la que
se repartieron la docencia que tenía (literatura andalusí y árabe 1 y 3 de
humanidades). Aunque aún no estaba en vigor la sanción, no me convocaron y fui
porque me enteré de chiripa. Asistían solo la directora del Departamento, Isabel
Giménez Caro, y los profesores de árabe Javier Aguirre y Luisa Arvide. Bárbara
Herrero no estaba, como hace habitualmente. Luisa Arvide estaba muy contenta por
mi sanción y los otros parecían más con cara de circunstancia, pero no sé si
porque les molestaba que estuviera allí o porque sentían que me hubieran
sancionado. Me dolió en mi interior el acto de repartirse mi docencia, como si
tal cosa, y se lo hice saber, sin que desde el Departamento exigieran a Pedro
Molina el cumplimiento de la legalidad. Han tenido que ser unos jueces los que
lo hagan.
Ayer tocaba lo contrario, había reunión de departamento
para reorganizar la docencia en árabe. Era el único punto del orden del día. Me
ha sorprendido que haya acudido mucha gente, muchos que no suelen ir a reuniones
incluso importantes. Estaba hasta el decano, Manuel López
Muñoz, del que había pedido la dimisión, aunque lo cesa Pedro Molina en
breve, y que me ha vetado en facebook porque a su comentario sobre la brutal
represión policial del 25-S, le pregunté que qué le parecía como decano la que
había realizado conmigo el Rector. Tampoco les sentó bien a la Directora del
Departamento y al Secretario que pidiera su dimisión, antes de que me
suspendieran la sanción, por no darme amparo, aunque les dí la idea de dimitir
antes de que también los cese Pedro Molina. Están en funciones y es posible que
éste sea su último consejo. Los más molestos parecían ser Juan Luis
López Cruces, Catedrático de Griego y director del Departamento cuando
se convocó la cátedra, que prestó falso testimonio durante el juicio de la
cátedra, aparte de quedar en evidencia que cometió falsedad en documento público
en el expediente de mi sanción, así como Bárbara Herrero, que
no acudió como testigo y a la que había implicado el ex-director en su informe
al inspector de servicios, realizado para imponerme la sanción.
Como antesdeayer me dijeron de todo Bárbara Herrero y
Luisa Arvide y yo les noté muy mala fe y mucho nerviosismo, fui a secretaría
para disponer de toda la información de la ordenación docente. Matriculados
hay:
unos 50 en Literatura andalusí,
unos 20 en Mundo Árabe Contemporáneo,
unos 10 en Árabe 1 de Hispánicas,
otros 10 en Árabe 1 de Humanidades,
unos 4 en Árabe 2 de Hispánicas,
otros tantos en Árabe 2 de Humanidades,
ninguno en Árabe 3, tanto de Hispánicas como de
Humanidades
y 1 en Árabe 4 de Hispánicas y
ninguno en Árabe 4 de Humanidades.
En algún caso puede oscilar algún número, pero es claro
que en tres cursos no hay alumnos y no se está impartiendo docencia. Y en otro,
con un alumno, que es de erasmus, la experiencia me dice que es posible que no
se imparta por algún motivo. Mis reducciones este curso, por proyecto de
investigación y otros temas, son de 65 horas o 6,5 de
los antiguos créditos, aparte de que me incorporo ya empezado el curso, no por
capricho, sino por una sanción que me ha impedido ejercer mis funciones durante
un mes aproximadamente de este curso y 10 del anterior y eso hay que tenerlo en
cuenta.
No sé las reducciones de los demás ni las han dicho en
la reunión, pero sé que suelen ser menores. Por ello,
tenemos potencial de dar más cursos, pero no se han ofrecido este año y quizás
ya no se pueda. En alguna ocasión anterior impartí la asignatura de libre
configuración específica "Almería andalusí" y tuvo bastante éxito entre los
alumnos de turismo y otras especialidades muy diversas.
En la reunión han entrado a saco, dispuestos a votar la
propuesta que traía Bárbara Herrero y que había consensuado sólo con Javier
Aguirre y que era:
Bárbara Herrero: Literatura andalusí, un crédito de
máster y árabe 3 de Hispánicas y Humanidades (15 créditos que, en realidad, son
solo 4, pues dos asignaturas no se imparten).
Luisa Arvide: Árabe 4 de Hispánicas y de Humanidades (12
créditos, que en realidad son 6 y quizás 0, pues en una no hay alumnos y en otra
1, que es posible que al final no esté).
Jorge Lirola: Mundo árabe contemporáneo y Árabe 2 (no sé
si de Humanidades o de Hispánicas): 12 créditos.
Javier Aguirre: Árabe 1 de Hispánicas y de Humanidades y
Árabe 2 (la que no dé yo): 18 créditos. Se presta a dar más docencia y con
peores horarios, sin que haya explicitado las razones.
Les he dicho que, por lo menos, podían haber dicho para
empezar unas palabras de que volvemos a tener otro miembro más en el
Departamento y hacer alguna alusión a mi reincorporación después de 11 meses de
estar suspendido de empleo y sueldo, a lo que Javier Aguirre,
Catedrático de Árabe, ha respondido que yo les tenía que estar agradecido por
darme las clases el curso pasado. Él sabe bien que no había sido por mi voluntad
el que no hubiera podido desarrollar mi vocación docente e investigadora, sin
que el Departamento se hubiera opuesto como tal a la sanción ni hubiera
amparado los derechos de uno de sus miembros, aunque lo pedí expresamente varias
veces, antes y después de ser efectiva la sanción. Y le dije que si yo hubiera
sido ellos, me hubiera negado, para forzar al Rector a que no expulsara
injustamente a un compañero. En una ocasión en que unos alumnos no cabían en la
clase de Literatura andalusí y otras asignaturas y quisieron protestar, les dije
que si les parecía trasladábamos el aula al Rectorado. Allí nos fuimos a dar
clase. Las autoridades inmediatamente se tomaron mayor interés y les arreglaron
pronto el problema.
A mí me gustan todas las asignaturas y, de hecho, he
dado esas o las equivalentes y otras que ya han desaparecido. Me gusta pasar por
todas las materias que impartimos, para poder exigir con más conocimiento la
coordinación de la docencia que no se realiza.
Pero no me ha gustado el sistema. Han decidido
imponer la ordenación docente por democracia, sin utilizar ningún criterio
académico ni científico, con el resultado de un reparto muy desigual.
Decidamos por democracia que es el sol el que da vueltas a la tierra y no al
revés. Así funciona mi departamento y seguramente muchos más de las brillantes
universidades españolas.
Por cierto, el aún ilustrísimo decano de mi facultad,
anterior secretario del departamento y no se sabe qué en el futuro,
Manuel López Muñoz, ha hecho constar al final que tenemos que
congratularnos porque ha prevalecido un órgano colegiado sobre el parecer de una
persona y ha pedido que consten en acta las horas de inicio y final para que se
vea que hemos debatido la cuestión. Le he recordado y también pedido que conste
en acta que los tribunales franquistas también eran órganos colegiados y
acababan fusilando a personas por el mero hecho de ser críticos.
Y el siguiente paso será que el Rector, Pedro
Molina, tendrá ahora que pronunciarse sobre esta particular forma de
reorganizar la docencia. Así, pues se amplía el culebrón.
Reproduzco mi voto particular:
Sra. Directora (en funciones) del
Departamento de Filología
Dña. María Isabel Giménez Caro
Almería, 23 de octubre de 2012
Estimada Isabel:
Por la presente hago constar mi voto
particular en la votación efectuada ayer en la reunión del Consejo de Departamento
en el único punto del orden del día, “aprobación, si procede, de la nueva
ordenación docente del Área de árabe”, en el que me opuse a la aprobación de la
propuesta efectuada por Bárbara Herrero, que la hizo a título personal,
habiéndola consensuado únicamente con Javier Aguirre y no con la totalidad del
área. Ante esta falta de consenso en el área, pedí un pequeño receso para que
pudiéramos buscar el consenso y, si no, solicité que se aplicaran criterios de
orden académico y científico, sin acudir a lo que se hizo que fue una votación
general para imponerme una ordenación que creo injusta, pues no tiene en cuenta
las reducciones horarias, el hecho de que haya estado sancionado hasta el 19 de
octubre, las asignaturas que no tienen alumnos matriculados y que, por tanto,
no se impartirán y otros criterios razonables para un reparto equitativo de la
carga docente, que por lo que he comprobado, si fuera posible, se podría
ampliar a otras asignaturas de libre configuración específica, pues tenemos potencial
para impartir más docencia.
Resulta
inaceptable que se imponga el criterio de la votación para aprobar una
ordenación docente en la que la profesora de menor rango impartirá de forma
efectiva 4 créditos y el de mayor rango 18 créditos, pudiendo darse el caso de
que la persona que ocupa la catedrática convocada, según entiendo yo de forma
ilegal, imparta sólo 6 créditos a un único alumno o incluso ningún crédito,
cuando el Rector D. Pedro Molina, en lo que entiendo que fue un falso
testimonio, le afirmó al juez que “la Universidad de Almería ha convocado la
plaza de Catedrático de Árabe por existir necesidades docentes, siendo
imprescindible el cubrir tal puesto de Profesor antes del comienzo del Curso
próximo, a fin de evitar daños a los universitarios que accederán a las aulas”.
En la insólita situación, en la que
todos los presentes, de áreas muy diferentes, menos yo (creo que el secretario
dudo un instante si abstenerse, pero al ver que todos menos yo iban levantado
la mano cuando se dio la orden de votar la propuesta que interesaba y no había
más que hablar ni tratar sobre el sistema), votaron a favor de una propuesta
personal, sin criterios académicos ni científicos, considero que influyó la animadversión
manifiesta que la mayoría de los presentes sentía hacia mí, lo cual no debe
ser tampoco criterio para decidir la ordenación docente. Entre ellos, el decano,
Manuel López Muñoz, del que pedí la dimisión por no darme amparo
mientras estaba sancionado y que me ha vetado en facebook porque a su comentario
sobre la brutal represión policial del 25-S, le pregunté que qué le parecía
como decano la que había realizado conmigo el Rector; tú como directora así
como el secretario, por haber pedido igualmente vuestra dimisión al creer
que no hicisteis todo lo que estaba en vuestra mano para darme amparo; Juan
Luis López Cruces, Catedrático de Griego y director del Departamento cuando
se convocó la cátedra, que prestó falso testimonio durante el juicio de la
cátedra, aparte de quedar en evidencia que cometió falsedad en documento
público en el expediente de mi sanción, y sus compañeros de área; Bárbara
Herrero, que no acudió como testigo al juicio de la semana pasada y a la
que había implicado el ex-director en su informe al inspector de servicios,
realizado para imponerme la sanción; Luisa Arvide, que entiendo que
ocupa una cátedra convocada ilegalmente; y Javier Aguirre, seguramente
molesto por tener que testificar en el juicio de la cátedra y que afirmó en la
reunión que debía de haber mostrado yo mi agradecimiento porque me hubieran
dado las clases hasta ahora mostrando realmente cuál es su sensibilidad hacia
la sanción que me ha impedido a mí ejercer mi vocación y desarrollarme
profesionalmente.
No creo
que los utilizados sean criterios válidos para establecer la ordenación
docente, por lo que solicito también que se revoque la misma y se
proceda a establecerla de nuevo aplicando criterios académicos y científicos.
Atentamente,
Jorge
Lirola Delgado
Profesor
Titular del Área del Estudios Árabes e Islámicos.
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