13/7/08

¿A quién defiende el defensor universitario de la UAL?

Hacía falta que tuviéramos un defensor universitario, una persona independiente, capaz de defender los derechos de los miembros de la comunidad universitaria cuando estos fueran vulnerados por alguno de los órganos de gobierno de la Universidad de Almería (UAL), una persona que no temiera enfrentarse con el poderoso cuando fuera por una causa justa, como lo es la defensa de los derechos de los administrados frente a los administradores. No hay nada más digno a la vez que gratificante.
¿Por qué se ha tardado tanto en conseguir que tuviéramos en la UAL un defensor universitario? ¿Es que no interesaba que existiera una figura así? Dicho lo cual también hemos de preguntarnos: ¿Ha merecido la pena la larga espera hasta el nombramiento de Antonio Pulido Bosch?
En mi caso, puse en manos de Antonio Pulido Bosch dos temas en los que creía que mis derechos como miembro de esta comunidad universitaria habían sido vulnerados y he tenido la oportunidad de hablar en varias ocasiones con él sobre diversos problemas que nos afectan. Tras tres meses menos un día de espera ha resuelto mi queja (parece querer cumplir los plazos legales, aunque agotándolos, lamentablemente: tras tres meses sería silencio administrativo). Todo el proceso, mi queja, sus actuaciones y su contestación, lo iré desglosando en diferentes mensajes porque creo que nos puede interesar a todos y puede ayudar a mejorar la calidad de nuestros servicios públicos. Lo cierto es que me ha decepcionado su comportamiento.
Ahora quiero detenerme en la última parte de su escrito, que copio textualmente:
Dice Antonio Pulido Bosch: “Quiero terminar con una recomendación general: absténgase de difundir en la red de la UAL los contenidos de las quejas presentadas al Defensor, especialmente cuando se dan nombres e interpretaciones de hechos que pueden afectar a la honorabilidad y buen nombre de las personas. Esa recomendación es extensiva a las valoraciones de naturaleza similar hechas en la misma red, aunque no sean documentos presentados al Defensor. Como sabe, en la institución hay mecanismos e instancias en donde puede presentar sus reclamaciones y escritos de índole diversa”.
Como se puede ver, ni comparto ni acato su “recomendación general”, pues precisamente denuncio que, en ciertos temas en los que me he dirigido a diversas instancias de la UAL, incluida la suya, he podido comprobar que no funcionan correctamente y creo necesario que se sepa, responsabilizándome de lo que digo, como pido que se responsabilicen de sus actos los responsables universitarios, que para eso les pagamos.
No puedo entender que el Sr. Pulido Bosch me indicase que, en su opinión, era yo quien vulneraba los derechos de la mayoría de los miembros de la Univesidad (así me lo dijo), a lo que le respondí y me reitero en ello: “¿A qué espera Usted, Sr. Pulido Bosch, para actuar?”. Se escudó en que nadie me había denunciado y le recordé que puede actuar de oficio. Me dijo que es potestad suya hacerlo o no. Le pregunto ahora, públicamente: “Sr. Pulido Bosch, ¿está Usted dispuesto a ignorar disfunciones y vulneraciones de derechos fundamentales en la Universidad de Almería, ignorando sus competencias? Si cree realmente que soy yo el responsable, ¿a qué espera para pedir que se me abra un expediente disciplinario”. Por cierto, no sería la primera vez, pues ya me impusieron una sanción por un supuesto trato irrespetuoso con un superior que un juez anuló por considerarlo abuso de poder y mala fe por parte de Alberto Fernández Gutiérrez, que había hecho las veces de juez y parte, por cierto sin tan siquiera abrir un expediente disciplinario (véase la noticia ) y a los interesados les puedo facilitar toda la documentación.
Continuará.

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