Por todo lo que iré contando en
los próximos días sobre la ética, las mentiras y el peculiar método científico
utilizado por José Luis Martínez Vidal, actual Vicerrector de Investigación de
la Universidad de Almería, para certificar, estimo yo con convencimiento que
debe dimitir si tiene un poco de vergüenza. Pero ya es sabido que por estas
latitudes abundan los sinvergüenzas que se aferran al poder . A ver, entonces,
si sacándoles los colores otras autoridades con decencia los fuerzan a que
dimitan o a que a quienes corresponda los destituyan.
Seguramente José Luis Martínez Vidal sentirá el deseo irrefrenable de
sancionarme, haciendo abuso de poder, creo yo, como hizo su colega Pedro
Molina, al pensar que con lo que voy a hacer estoy atentando contra la
Universidad de Almería, pues hoy me ha demostrado que se cree que la
Universidad de Almería es él y que denunciando yo sus malas artes atento
gravemente contra la misma, como también hizo su colega Pedro Molina. Pero no,
afortunadamente, la Universidad de Almería somos un amplio colectivo de
personas y no se nos puede juzgar a todas por el mismo rasero, aunque bien es
cierto que creo que dice poco de nosotros el que tengamos como autoridades las
que tenemos en el Rectorado y algunos vicerrectorados (reconozco que no sé las
formas de actuar de todos los vicerrectores, pero sí de algunos). De cualquier
forma, es muy elocuente que sabiendo como son los otros no presenten su
dimisión. Si no denunciamos la corrupción nos hacemos partícipes de ella.
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