15/5/19

De aquellos polvos estos lodos

Corría el 24 de octubre de 2012, el segundo día reincorporado a la Universidad de Almería tras la suspensión de la sanción que me había impuesto el Rector Pedro Molina. Reproduzco un mensaje que envié y que, como otra mucha documentación, está sin publicar y a través de lo que pasó entonces se puede entender parte de lo que sucede ahora más de seis años después:

Ayer empecé bien el día, notificando a todos los que pude que ya estoy aquí trabajando, conseguí actualizar la ip del ordenador y conectarme a internet, pues se había desconfigurado, y me dieron acceso al correo electrónico y al campus virtual. Me ha dado una alegría de niño con zapatos nuevos esperar un ratanco viendo cómo se iban descargando los 5.539 mensajes y ver que me llegaban mensajes de las listas de la universidad, que ya podré empezar a utilizar. A esta lista lo mando ya desde el correo del dominio ual.es. El último correo era que el día anterior habían aprobado en el Consejo de Gobierno la reforma de los departamentos y, transitoriamente, que seguramente será permanente, al director y al secretario los nombra el rector.

Unos me saludan efusivamente y se les nota que lo hacen de corazón y otros ponen mala cara cuando me cruzo con ellos, no manteniéndome la mirada. Entre el profesorado abundan más estos que aquellos y entre el personal de servicios y los alumnos más aquellos que estos.

Me acordé de la última reunión, hace un año, en la que se repartieron la docencia que tenía (literatura andalusí y árabe 1 y 3 de humanidades). Aunque aún no estaba en vigor la sanción, no me convocaron y fui porque me enteré de chiripa. Asistían solo la directora del Departamento, Isabel Giménez Caro, y los profesores de árabe Javier Aguirre y Luisa Arvide. Bárbara Herrero no estaba, como hace habitualmente. Luisa Arvide estaba muy contenta por mi sanción y los otros parecían más con cara de circunstancia, pero no sé si porque les molestaba que estuviera allí o porque sentían que me hubieran sancionado. Me dolió en mi interior el acto de repartirse mi docencia, como si tal cosa, y se lo hice saber, sin que desde el Departamento exigieran a Pedro Molina el cumplimiento de la legalidad. Han tenido que ser unos jueces los que lo hagan. 

Ayer tocaba lo contrario, había reunión de departamento para reorganizar la docencia en árabe. Era el único punto del orden del día. Me ha sorprendido que haya acudido mucha gente, muchos que no suelen ir a reuniones incluso importantes. Estaba hasta el decano, Manuel López Muñoz, del que había pedido la dimisión, aunque lo cesa Pedro Molina en breve, y que me ha vetado en facebook porque a su comentario sobre la brutal represión policial del 25-S, le pregunté que qué le parecía como decano la que había realizado conmigo el Rector. Tampoco les sentó bien a la Directora del Departamento y al Secretario que pidiera su dimisión, antes de que me suspendieran la sanción, por no darme amparo, aunque les dí la idea de dimitir antes de que también los cese Pedro Molina. Están en funciones y es posible que éste sea su último consejo. Los más molestos parecían ser Juan Luis López Cruces, Catedrático de Griego y director del Departamento cuando se convocó la cátedra, que prestó falso testimonio durante el juicio de la cátedra, aparte de quedar en evidencia que cometió falsedad en documento público en el expediente de mi sanción, así como Bárbara Herrero, que no acudió como testigo y a la que había implicado el ex-director en su informe al inspector de servicios, realizado para imponerme la sanción.

Como antesdeayer me dijeron de todo Bárbara Herrero y Luisa Arvide y yo les noté muy mala fe y mucho nerviosismo, fui a secretaría para disponer de toda la información de la ordenación docente. Matriculados hay:
unos 50 en Literatura andalusí,
unos 20 en Mundo Árabe Contemporáneo,
unos 10 en Árabe 1 de Hispánicas,
otros 10 en Árabe 1 de Humanidades,
unos 4 en Árabe 2 de Hispánicas,
otros tantos en Árabe 2 de Humanidades,
ninguno en Árabe 3, tanto de Hispánicas como de Humanidades
y 1 en Árabe 4 de Hispánicas y ninguno en Árabe 4 de Humanidades.

En algún caso puede oscilar algún número, pero es claro que en tres cursos no hay alumnos y no se está impartiendo docencia. Y en otro, con un alumno, que es de erasmus, la experiencia me dice que es posible que no se imparta por algún motivo. Mis reducciones este curso, por proyecto de investigación y otros temas, son de 65 horas o 6,5 de los antiguos créditos, aparte de que me incorporo ya empezado el curso, no por capricho, sino por una sanción que me ha impedido ejercer mis funciones durante un mes aproximadamente de este curso y 10 del anterior y eso hay que tenerlo en cuenta.

No sé las reducciones de los demás ni las han dicho en la reunión, pero sé que suelen ser menores. Por ello, tenemos potencial de dar más cursos, pero no se han ofrecido este año y quizás ya no se pueda. En alguna ocasión anterior impartí la asignatura de libre configuración específica "Almería andalusí" y tuvo bastante éxito entre los alumnos de turismo y otras especialidades muy diversas.

En la reunión han entrado a saco, dispuestos a votar la propuesta que traía Bárbara Herrero y que había consensuado sólo con Javier Aguirre y que era:

Bárbara Herrero: Literatura andalusí, un crédito de máster y árabe 3 de Hispánicas y Humanidades (15 créditos que, en realidad, son solo 4, pues dos asignaturas no se imparten).

Luisa Arvide: Árabe 4 de Hispánicas y de Humanidades (12 créditos, que en realidad son 6 y quizás 0, pues en una no hay alumnos y en otra 1, que es posible que al final no esté).

Jorge Lirola: Mundo árabe contemporáneo y Árabe 2 (no sé si de Humanidades o de Hispánicas): 12 créditos.

Javier Aguirre: Árabe 1 de Hispánicas y de Humanidades y Árabe 2 (la que no dé yo): 18 créditos. Se presta a dar más docencia y con peores horarios, sin que haya explicitado las razones.

Les he dicho que, por lo menos, podían haber dicho para empezar unas palabras de que volvemos a tener otro miembro más en el Departamento y hacer alguna alusión a mi reincorporación después de 11 meses de estar suspendido de empleo y sueldo, a lo que Javier Aguirre, Catedrático de Árabe, ha respondido que yo les tenía que estar agradecido por darme las clases el curso pasado. Él sabe bien que no había sido por mi voluntad el que no hubiera podido desarrollar mi vocación docente e investigadora, sin que el Departamento se hubiera opuesto como tal a la sanción ni hubiera amparado los derechos de uno de sus miembros, aunque lo pedí expresamente varias veces, antes y después de ser efectiva la sanción. Y le dije que si yo hubiera sido ellos, me hubiera negado, para forzar al Rector a que no expulsara injustamente a un compañero. En una ocasión en que unos alumnos no cabían en la clase de Literatura andalusí y otras asignaturas y quisieron protestar, les dije que si les parecía trasladábamos el aula al Rectorado. Allí nos fuimos a dar clase. Las autoridades inmediatamente se tomaron mayor interés y les arreglaron pronto el problema.

A mí me gustan todas las asignaturas y, de hecho, he dado esas o las equivalentes y otras que ya han desaparecido. Me gusta pasar por todas las materias que impartimos, para poder exigir con más conocimiento la coordinación de la docencia que no se realiza.

Pero no me ha gustado el sistema. Han decidido imponer la ordenación docente por democracia, sin utilizar ningún criterio académico ni científico, con el resultado de un reparto muy desigual. Decidamos por democracia que es el sol el que da vueltas a la tierra y no al revés. Así funciona mi departamento y seguramente muchos más de las brillantes universidades españolas.

Por cierto, el aún ilustrísimo decano de mi facultad, anterior secretario del departamento y no se sabe qué en el futuro, Manuel López Muñoz, ha hecho constar al final que tenemos que congratularnos porque ha prevalecido un órgano colegiado sobre el parecer de una persona y ha pedido que consten en acta las horas de inicio y final para que se vea que hemos debatido la cuestión. Le he recordado y también pedido que conste en acta que los tribunales franquistas también eran órganos colegiados y acababan fusilando a personas por el mero hecho de ser críticos.

Y el siguiente paso será que el Rector, Pedro Molina, tendrá ahora que pronunciarse sobre esta particular forma de reorganizar la docencia. Así, pues se amplía el culebrón.
Un cordial saludo.

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