A quienes piensan que soy un quijote luchando contra molinos, les digo que se equivocan, pues los molinos son las instituciones y yo no estoy contra ellas, ni siquiera contra las personas que se apropian de esos molinos públicos/instituciones para hacer un uso privado de los mismos, sino que estoy contra las actitudes que mantienen esas personas que se quieren apropiar de lo de todos para su beneficio particular.
Como decía más de uno, el poder no tiene porqué ser corrupto, sino que atrae a los corruptos. Y el problema es que les dejamos que lleguen a tener ese poder para hacer y deshacer a su antojo y apartar vilmente a quienes les molestan.
También estoy contra quienes amparan a los prepotentes de forma activa, cuando tienen la potestad, e incluso la obligación, de actuar para que no sea así y de desenmascarar esas actitudes prepotentes y abusivas del poder que tienen.
No entiendo y pido que reflexionen quienes piensen, que es perder el tiempo intentar cambiar la cosas y luchar contra esas actitudes prepotentes y también contra quienes las amparan de forma activa, pues, en verdad, lo que hacen es contribuir de forma pasiva a que se perpetúen. En cierto modo, también, son responables de que se haga un uso privado de lo público con esa actitud derrotista.
Por eso, les pido, que dejen de considerarme un quijote luchando contra molinos. Llevaré mi lucha hasta sus últimas consecuencia (si quieren crucificarme los prepotentes y quienes los ampara, que lo hagan; será gritando y ante la pasividad del resto), pues tener por compañeros de viaje a gente así no merece la pena.
Siempre he sido un defensor de la universidad pública y he trabajado y trabajaré por ella, en la que estamos un amplio colectivo de personas. Estoy en contra, eso sí, por lo pronto, de la falta de escrúpulos y de la desvergüenza del actual rector de la UAL, Carmelo Rodríguez Torreblanca, del que se postula a sucederle como rector, el vicerrector José Joaquín Céspedes Lorente, y de la inspectora de servicios, María Belén Sainz-Cantero Caparrós. Si tuvieran algo de dignidad, me denunciarían por calumnias para que un juez independiente investigue los hechos y se pronuncie sobre los mismos, entre ellos si he acosado a un profesora y si he coaccionado a los miembros del Consejos de Gobierno. NO TIENEN VERGÜENZA.
¿TIENEN DIGNIDAD?
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