Lo ha
hecho por videoconferencia y parecía que fuese desde el más allá. Hubo cierto
clamor en una sala concurrida cuando se dijo su nombre, “Francisco Franco,
¿está usted ahí?” y no aparecía en la pantalla. Dados los problemas de
conexión, hubo que invocarlo varias veces para que se hiciera presente,
apareciendo mientras tanto unas sillas vacías, con una bandera de España
detrás.
El juez
comenzó con el saludo, que no resultó nada militar, y las advertencias
preceptivas de que jurase o prometiese decir la verdad y de que de no hacerlo
podía incurrir en un delito penal.
Apenas
se oía su voz desde el más allá y hubo que recurrir a aumentarla con un mando a
distancia, pese a lo cual muchos de los presentes en la sala, entre los que
había espectación, pues iba a ser el primer testimonio, se quejaban de que no
llegaba bien el audio y tampoco podían verlo.
Más
adelante reproduciré sus contestaciones, cuando tenga la grabación de audio y
de video, pues son de antología, con silencios muy significativos. Para cada
pregunta de si/no, emitía un largo discurso para intentar esquivar la pregunta.
Reconoció que Luisa Arvide lo había
llamado y él le había manifestado su disponibilidad para estar en el tribunal
de la cátedra a la que se presentaba Luisa Arvide. Y lo curioso del caso es que fue uno de los que oficialmente propuso el Rector, Pedro Molina.
Para
contestar a si dimitió de vicesecretario de la SEEA tras mi elección de
presidente, hizo igual, un largo discurso que también reproduciré. Pero el juez
empezó a llamar la atención a mi abogado de que las preguntas no eran
procedentes, interrumpiéndolo, en lugar de pedirle al testigo que fuera escueto
en las contestaciones, como me pidió luego a mí (reproduciré igualmente mis
contestaciones. Fui llamado a testificar por la parte demandada, pues el juez
no aceptó que mi abogado me hiciera un interrogatorio de parte).
Preguntado
Francisco Franco si le pidieron desde la ANECA emitir informe para la
acreditación para cátedra para Luisa Arvide Cambra, se refirió al ANONIMATO
DE LOS INFORMES (sic) y lo sorprendente del caso es que al juez
sustituto Antonio Luis García Valverde le pareció normal, aceptó la respuesta e
impidió que se rompiera la ilegal práctica de la confidencialidad que otros
jueces profesionales no entienden y exigen a quienes se refieren a ello que den
la información. No permitió el juez, al que considero totalmente parcial, que
se le preguntara si desde la ANECA le pidieron emitir informe para la
acreditación mía y por qué razones no lo hizo, pues a mí me consta ya que no lo
emitió, lo que motivó que lo hiciera una persona que no era experta (muchos pensarán y qué diferencia hay, pues Francisco Franco de árabe sabe más bien poco).
Para enterarme de esa información, que entiendo
crucial y que me causó graves perjuicios económicos y morales, habré de
interponer una querella penal contra Francisco Franco, con reclamación
económica, tanto en Almería como en Madrid, por lo que debe ir buscando abogado
que esté dispuesto a desplazarse a ambas ciudades. Yo ya los tengo, dos, mejor
que uno.
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