Un porcentaje elevado de los trabajos presentados en una asignatura que impartí estaban plagiados, con un corta y pega, de internet. Los puntué con un cero sobre tres y pedí al director del departamento, D. Francisco Álamo Felices, que tratáramos el tema en Consejo de Departamento pues algunos alumnos pensaban que era legítimo plagiar. Conviene cercenar esas prácticas de raíz.
No se trató el tema en el departamento y el rector de la Universidad de Almería, D. Carmelo Rodríguez Torreblanca, sin comprobar si había habido o no plagio, me sancionó por haber calificado, según el, mal, a propuesta de Dña. María Belén Sainz-Cantero Caparrós, la inspectora de servicios, y D. Ignacio Díaz de Lezcano Sevilla, instructor del expediente, ambos juristas y que deben saber que el plagio es un delito y es una práctica totalmente inaceptable en un centro educativo como es la universidad. Tampoco ellos comprobaron si efectivamente había plagio como yo sostenía.
Por mi parte, pedí un peritaje y dos peritos en la materia determinaron que el plagio era descarado, argumentándolo de forma detallada en un informe demoledor, quedando en evidencia las mencionadas autoridades que lo que hicieron fue castigar al denunciante, protegiendo al infractor. Pero como de lo que se trataba era de sancionarme al ser yo profesor molesto por mis denuncias sobre la endogamia y nepotismo en la universidad, hicieron caso omiso a dicho informe y me sancionaron caprichosamente. En ello contaron con la colaboración de la jurista de la UAL Dña. María Ángeles Piedra Fernández, quien ha preferido apartarse y dejar el tema a D. José Arturo Pérez Moreno, contratado como Profesor en Derecho Procesal en la UAL. Para este último es irrelevante la prueba pericial, pese a determinar que yo impartí y evalué correctamente y había sido la profesora sustituta, a la que protegen las actuales autoridades de la UAL, la que no se había ceñido a la guía docente. Precisa el Sr. Pérez Moreno que "el tema de lo que el Sr. Lirola denomina 'plagios' –cito textualmente– no es sino una de las cortinas de humo que él mismo lanzó para intentar tapar sus conductas sancionadoras", que no precisa cuáles son en este punto, pero que se trata de que había impartido y evaluado incorrectamente la asignatura, de modo genérico y sin pruebas.
Todo esto es muy elocuente de lo que han hecho conmigo: me sancionan arbitrariamente y cuando presento pruebas periciales de que sus acusaciones son infundadas, no quieren tenerlas en cuenta.
Si esto es grave, más grave aún es que la jueza Dña. Ana Fariñas Gómez, que ha de pronunciarse sobre la legalidad de la sanción, hasta ahora no quiera aceptar el testimonio de los testigos peritos, argumentando primero que es para "evitar la dilación de la vista" y después que son "totalmente innecesarias" porque el número de testigos es elevado, si bien olvida que, para probar determinados hechos, no hay ningún otro testimonio que el de los peritos.
ES, SENCILLAMENTE, VERGONZOSO CÓMO UNOS Y OTRA TRATAN DE DEJARME EN INDEFENSIÓN. El 11 de junio tendrá lugar la vista y tras ello habrá de pronunciarse la referida magistrada sobre el fondo de la sanción.
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