16/10/12

Mi experiencia con la corrupción de la ANECA


Como ya había anunciado, la confidencialidad de los informes que aplica la ANECA se quiebra en cuanto entra en juego un juez y le pides que empiece a aplicar Justicia. El expediente que la ANECA trasladó a la Audiencia Nacional, donde se tramita mi caso, presentaba enormes lagunas. Por ello le pedí a la Sala la ampliación del mismo para que no continuase la indefensión en la que me dejaba la ANECA. De esa forma he podido enterarme de puntos cruciales y formular la demanda.

Según el plantel de “Estudios Árabes e Islámicos” de la ANECA para las cátedras, podían actuar como expertos Jorge Aguadé, Maribel Fierro y Francisco Franco. Dos de ellos debían evaluarme y decidir si yo me merecía la acreditación para poder presentarme a una cátedra, que había de juzgar otro tribunal (sobre el que tenemos el juicio el próximo viernes 19 de octubre, en vista pública, por lo que puede asistir quien lo desee. Ciudad de la Justicia de Almería, Carretera de Ronda, 120, Planta 0, sala 6).

Primera irregularidad de la ANECA: Me evaluó un solo experto, Jorge Aguadé (Universidad de Cádiz), siendo el otro evaluador César Chaparro Gómez, Catedrático de Latín de la Universidad de Extremadura, por lo que no era experto en Estudios Árabes e Islámicos. Hay que aclarar si le pidieron informes a los otros expertos: Maribel Fierro (CSIC) y  Francisco Franco (Universidad de Alicante), y la razón de que ellos no los emitieran, como entiendo que debían haberlo hecho. Corría el verano del 2010.

Segunda irregularidad: En los informes de los expertos no figura calificación alguna, sino que parecen ser los miembros de la Comisión, presidida por Alfredo Morales Gil, Catedrático del Departamento de Análisis Geográfico de la Universidad de Alicante, en la que no hay ningún experto en la materia, la que me otorgó 77 puntos sobre 100, siendo precisos 80 para ser acreditado. Es lo que denuncio en el capítulo 2 de chanchullos university: http://www.youtube.com/watch?v=Po_Fu8wYb_Q

Tercera irregularidad: Presenté reclamación ante la ANECA y ésta la desestimó directamente, sin estudiarla, remitiéndome un escrito donde me trataba de “la reclamante” y recordándome que los informes de los expertos no eran vinculantes y la Comisión podía hacer, discrecionalmente, lo que le viniera en gana. Eso no es discrecionalidad, sino arbitrariedad, y los poderes públicos la tienen expresamente prohibida.

Cuarta irregularidad: Volví a presentar reclamación, en esta ocasión ante el Consejo de Universidades del Ministerio de Educación y éste vio “indicios de que la valoración otorgada a la actividad investigadora y la actividad docente o profesional del reclamante no parece corresponderse con los méritos acreditados” y le exigió a la ANECA que efectuara nuevas evaluaciones, “con especificación de la puntuación otorgada a la investigación acreditada con posterioridad a los sexenios reconocidos”. Desconozco si la ANECA volvió a pedirles a Maribel Fierro y a Francisco Franco que evaluaran, pero éstos no lo hicieron y desconozco nuevamente la razón (deben aclararlo ellos), sino que me evaluaron dos personas que no eran expertas: José Luis Vidal Pérez, Catedrático de Filología Latina de la Universidad de Barcelona, y Enrique Bernárdez Sanchís, Catedrático de Filología Inglesa de la Universidad Complutense, que sabe un montón de lenguas, pero no árabe. La ANECA ocultó esta información al Consejo de Universidades, al que le dijo que lo había hecho bien, y a mí. Se me dió un punto adicional, por 5 años de trabajo intensivo en la “Biblioteca de al-Andalus” (4 volúmenes publicados en ese periodo, aparte de otros trabajos adicionales), además de que se mantenía un 22 sobre 35 por mi docencia, donde había presentado que había impartido todas las asignaturas que se ofrecían en mi área y en las encuestas los alumnos me evaluaban rayando la nota máxima, muy por encima de la media.

Francisco Franco actuó después como presidente del tribunal de la cátedra en Almería. El juicio sobre la misma iba a celebrarse el 25 de mayo de 2012, pero pidió no venir a testificar porque no se iba a encontrar en España. Por esa razón, se retrasó la vista pública al 19 de octubre y ahora ha pedido no venir al juicio y testificar por video-conferencia. Es testigo clave, pues yo mantengo que tiene manifiesta animadversión hacia mí desde octubre de 2010, al menos, como demostró al dimitir cinco minutos después de salir reelegido vicesecretario de la Sociedad Española de Estudios Árabes (SEEA) por el hecho de que en esa misma votación salí elegido yo Presidente de la misma y habíamos aprobado anteriormente solicitar a los organismos oficiales que acabaran con la mala práctica de los informes confidenciales. Después, 30 de septiembre de 2011, se dio de baja en la SEEA, sin pagar incluso la cuota anual del año transcurrido en el que se presentó a la reelección y salió elegido. Por otra parte, la Universidad de Alicante, intervino también en el expediente sancionador que Pedro Molina me abrió, a través de Daniel Pastor Javaloyes, director del Servicio Jurídico de dicha universidad, a la que pertenece Francisco Franco.

Envío copia de este mensaje a todas las personas a las que menciono, para que, si tienen buena voluntad, aclaren lo que crean oportuno, ofreciéndome a remitir su contestación a las mismas personas a las que he enviado este otro y, si también me lo piden, a hacerlo público a través de mi blog de denuncias.

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