Os recuerdo que el próximo viernes, a las 11:50, en la ciudad de la
Justicia de Almería (Carretera de Ronda, 120), planta 0, sala 7 (la han cambiado
a ella desde la 6 prevista inicialmente), tendrá lugar la vista pública sobre la
legalidad de la convocatoria de la cátedra de árabe, tras la cual el magistrado
Antonio Luis García Valverde tendrá que emitir sentencia.
Yo mantengo que la convocatoria no se ajustó a la legalidad vigente
entonces, que forzó Pedro Molina para que obtuviera la plaza la persona que a él
le interesaba, Luisa Arvide, quien se ha personado de parte del Rectorado en el
procedimiento. También he denunciado que la persona que propusó al tribunal fue
la que se presentaba a la plaza y que la obtuvo, lo que, igualmente, es
ilegal.
En la vista pública habrán de testificar varias personas: Juan Luis López
Cruces, quien era entonces Director del Departamento que convocó la plaza, los
profesores Bárbara Herrero y Javier Aguirre, ambos profesores de Estudios Árabes
de la Universidad de Almería, así como los catedráticos Emilio Molina López
(Universidad de Granada), Alfonso Carmona (Universidad de Murcia), Francisco
Franco (Universidad de Alicante) y María Jesús Viguera y Josep Puig (ambos de la
Universidad Complutense de Madrid). Francisco Franco también está implicado en
otro caso de presunta corrupción que se sustancia en un contencioso en la
Audiencia Nacional en Madrid, por ser informante confidencial de la ANECA,
agencia encargada de acreditar a las personas que pueden presentarse a las
plazas.
El juez, Antonio Luis García Valverde, es el mismo que no me concedió la
suspensión cautelar hace meses, siendo después desacreditado por el Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía con sede en Granada. Será de gran interés el
desarrollo del juicio y la posterior sentencia, en especial la motivación que se
haga en la misma, a la vista del desarrollo del juicio. Por eso os animo a todos
los medios de comunicación a asistir a la vista pública, para conocer
directamente el desarrollo de las argumentaciones de la parte demandante (yo,
Jorge Lirola) y la demandada (el Rectorado de la Universidad de Almería,
representada por Carmen PIlar Pulido Egea, Jefa del Gabinete Jurídico de la
UAL), así como la que haga otra de las partes afectadas, Luisa Arvide, personada
en el procedimiento judicial.
No sería la primera vez que se anula una cátedra en la Universidad de
Almería, pues en sentencia del año 1998 se anularon dos, una de Filosofía y otra
de Filología Inglesa, sentencia que ejecutó el equipo de gobierno en el que
estaba como vicerrector Pedro Molina, quien defendió entonces la anulación
judicial. En aquel caso, bastó que no se hubiera emitido un informe del
Departamento para anular las cátedras, lo que supuso que quienes las ocupaban se
fueron directamente al paro, al haber renunciado previamente a las plazas que
tenían en otras universidades. Yo también había interpuesto un contencioso
contra la convocatoria de la cátedra de árabe, convocadas como las otras en
1995, por la misma razón, si bien, al obtener la plaza no la persona que tenía
prevista el Rector de la Universidad, entonces Alberto Fernández, y que era
Luisa Arvide, la misma que la ha obtenido ahora, retiré el procedimiento antes
de que hubiera sentencia para no perjudicar a una persona que yo entendía que no
había participado en la ilegalidad. Una de las testigas, María Jesús Viguera fue
elegida, por sorteo entonces, en el tribunal, si bien dimitió. En este caso, la
anulación de la cátedra tan solo supondría que la profesora afectada volvería a
ser titular de la universidad en lugar de catedrática.
Es previsible que, en el transcurso de la prueba testifical, se produzcan
testimonios contradictorios, lo que supondrá que alguno de los testigos miente,
lo cual es un delito penal que atenta contra la administración de la Justica, lo
que seguramente llevará a engrosar la posterior querella que tengo intención de
interponer.
16 comentarios:
ahora te puedes encontrar que resulte todo legal, y que entonces tú y tus denuncias públicas quedarían muy muy mal.
Algunos decían: si no tenías razón (que yo creo que la tengo), ya te la ha dado el rector Pedro Molina con la represión que hizo, pues nada, nada justifica que un gobernante reprima la crítica, incluso si esta fuese falsa (si lees en mi blog, encontrarás jurisprudencia al respecto), pero lo dicho, creo que tengo razón y seguramente Pedro Molina también lo pensaba al tratar de reprimirme (Jorge Lirola)
tú no te has limitado a poner en conocimiento de la Justicia unos hechos para que la justicia dirima si es legal o no (o delito o no); tú has ido más allá y de manera pública has adjetivado y calificado reiteradamente al Rector y a otros funcionarios. Si resulta que estabas equivocado, ¿se te debe impedir que vuelvas a trabajar en una administración pública? No 4 años y x meses, sino nunca. ¿cómo lo ves si resulta que todas las actuaciones del rector han sido legales? O simplemente dices "pelillos a la mar" y aquí no ha pasado nada después de llamar a toda esa gente corrupta, prevariadora, etc... Valórate a ti mismo. A ver.
Exigí, exijo y exigiré que se llegue al fondo, pidiendo responsabilidades, a mí si es falso, o a Pedro Molina, si es verdad, pero lo curioso del caso es que no se quiere llegar al fondo. Tampoco Pedro Molina, quien se tomó la justicia por su mano e hizo de juez, siendo parte. ¿No crees que es un bonito comportamiento? Yo me identifico (soy Jorge Lirola) ¿y tú? ¿Quieres acusar y esconderte en el anonimato? Bonito comportamiento el tuyo.
amigo Lirola, no se enfade. De entrada compruebe que yo no le pongo calificativos, que si es usted un tal, un cual, que si ha cometido tal delito, etc... Dios me libre.
Yo solo le he planteado, creo que muy correctamente, un hecho muy claro: usted usted adjetivos, no solo denunció hechos, sino que tildó de corrupto, prevaricador, etc. al Rector. Y simplemente le planteo que si resulta que la justicia dice que lo sucedido con la cátedra fue legal (no guste o no nos guste esa sentencia, cierto que las sentencias solo establecen la verdad judicial y no reparten justicia necesariamente), si como le digo la sentencia dice que fue todo legal, con arreglo a la Ley, ¿usted como queda? ¿merece ser funcionario? ¿merece los 4 años y pico de inhabilitación? ¿pedirá perdón públicamente al Rector y otros funcionarios con los mismos medios e intesidad con los que los acusó y adjetivó?
Sigo sin saber a quién puedo llamar amigo. Si me equivoco y así se demuestra, por supuesto que pido perdón y rectifico. Pero que se llegue al fondo y se investigue. ¿Qué se ha hecho para ello? ¿Qué opina Usted de la forma de actuar de Pedro Molina imponiendo él mismo la sanción en lugar de pedir que actúe un juez independente? Por favor, conteste.
amigo Lirola, mi desprecio por el colectivo de Rectores no es inferior al suyo. suelen ser unos sujetos con grandes egos, que su gran aspiración es que les pongan el nombre de una calle, o llegar a ser consejeros de educación o cosas así. bien, dicho lo cual, ello no obsta a que creo, si queremos vivir civilizadamente, no podemos estar unos a otros llamándonos prevaricadores, corruptos, etc. entre compañeros de trabajo. nos parecerá, en nuestro fuero interno, que tal persona es un tal o un cual, pero así, coger la escopeta y soltar verbalmente todo eso, creo que no es bueno.
aun en el supuesto de que el Rector hubiera obrado mal, como suele ser habitual en los rectores con la endogamia, pasteleo, y demás historias, no se puede calificar a una persona de prevaricador, corrupto, etc... esto sería entonces una jaula de locos, donde nadie respeta a nadie, y todos insultándonos. se puede denunciar, pero en los tribunales, y poniendo en conocimiento hechos, que es muy distinto de lo que usted ha hecho, que es calificarlo a priori y además hacerlo público. así, evidentemente, no se puede obrar a mi juicio, y creo que no tiene cabida esa práctica ni en la ley ni en la convivencia de una sociedad democrática, por mucho que nos duela (joda) los abusos o solo errores que pueda comer un rector, o vicerrector, o jefe de serivico o esos inspectores amansados y amaestrados que tanto abundan. Observe amigo mío, que yo digo que existen inspectores amansados y amaestrados, auténticos, sicarios, pero no me refiero a ninguno en particular, calificándolo de tal y tal. Eso muy distinto.
por lo tanto, querido amigo, si me permite mi opinión, que ni siquiera consejo, ponga usted en conocimiento los hechos que considere violan el ordenamiento jurídico, pero no se dedique a erigirse en juez calificando además con publicidad, y acusando no ya de haber cometido un delito, sino poniendo el adjetivo (prevaricador, corrupto, etc). Así no podemos convivir. Y además usted ya pone el ventilador en marcha, lo extiende al fiscal, etc. Por supuesto que todos sabemos cómo suelen ser algunos fiscales, y la prisa que se dan para meterse con un pobre yonki, y en cambio la renuncia que tienen con un señor Rector y demás. Hay tenemos el caso de la infanta cristina y la curiosa actitud del juez, tan preocupado del buen hombre de la cónyuge del palacete. Pero el que no compartamos el criterio del juez, creo no nos permite llamarlo, prevaricador etc... así no podemos convivir. Y en el fondo, su actitud, partiendo de la noble aspiración a la justicia, termina, creo, sin pretenderlo usted, en una situación donde la convivencia es imposible, todos insultándonos por hechos que no nos gustan o juzgamos distintos a los demás. Así, creo que no, amigo Lirola.
Sinceramente creo que Pedro Molina ha prevaricado y cometido otros delitos y después ha actuado corruptamente y también de forma dictatorial. Y lo digo bien alto para que se les caiga la cara de vergüenza a quienes lo sostienen, pues él me ha demostrado que no la tiene, y para intentar que pase algo, pues si no, seguimos igual. Asumo que si me equivoco, pero que se me demuestre pues tengo pruebas fehacientes, rectifico con todas sus consecuencias, penales si fuera necesario incluso, pero que se investigue y se llegue al fondo. Y para mí tan grave como el corrupto es quien lo consiente y, con nuestro silencio, lo amparamos. No se le puede dejar el espacio público a los corruptos y yo, al menos, quiero decirlo BIEN ALTO, responsabilizándome (con mi nombre y apellidos: Jorge Lirola Delgado) de cuanto hago. BASTA YA DE CORRUPCIÓN. QUE LOS CORRUPTOS SE LLEVEN SU PORQUERÍA CON ELLOS.
en absoluta va a pasar nada porque usted insulte. absolutamente nada, salvo en todo caso, sanciones administrativas o incluso penales sobre usted. Insultar, es un ejercicio emocional, de soberbia, y nada tiene que ver con la justicia y busca el cambio de situaciones no deseas. Si uno quiere cambiar esas situaciones, debe ir a los tribunales, poner en conocimiento hechos. Lo otro, insultar y además con publicad, nada aporta para la consecuencia de que cambien las cosas, evidentemente.
Si el fiscal y el juez, con nombres y apellidos no han querido hacer nada. Mi intención no es alimentar a una justicia que no es tal, sino un gran negocio. Si hubiera realmente Justicia y quien la hiciera la pagara, se acabaría gran parte del negocio. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, al pan, pan y al vino, vino. Y la convivencia por la que trabajo no es la prepotencia de los poderosos que imponen la ley de los hechos consumados del que manda. ¿Eso es mayor insulto que calificar de prevaricador, etc.? A mí no me verá insultar, con palabras soeces, pero sí decir con contundencia lo que puedo demostrar.
nos guste o no, la justicia legal la ejercen los magistrados. usted podrá decidir con quien se toma un café o se va a jugar al tenis. Y de hecho las sentencias no dicen X es un prevaricador, sino condeno a X por un delito de prevaricación. Es decir, usted va a por la persona, lo que no hacen ni los jueces. Si alguien roba, un juez dice X pena por un delito de robo, no X es un ladrón y estafador, estigmatizando. El planteamiento es muy distinto. Los jueces rechazan conductas, buscan eliminarlas del día a día, usted se mueve en otro plano que yo no comparto. Habla usted de que usted quiere que el que la hace la pague, preocupante actitud, muy visceral y con un punto de venganza, creo. no voy yo en ese camino, con expresiones así, no se suelen tomar decisiones sosegadas y justas, por regla general.
Nunca voy contra las personas (soy un humanista), sino contra las actitudes que mantienen personas concretas, para que esas actitudes desaparezcan. Seguramente la expresión de quien la hace la pague no sea muy afortunada o se pueda malinterpretar.
creo que habría llegado a la misma conclusión si solo hubiera puesto en conocimiento de la justicia hechos, sin dedicarse a darle publicidad a los adjetivos. otra cosa es que un periódico hubiera publicado x profesor denuncia que el rector tal ha podido cometer prevaricación. Bien, eso es aceptble y creo que jurídicamente intachable. pero no es lo que usted ha hecho.
Publicar un comentario