19/1/12

Usos dictatoriales de un rector en una universidad de taifas

(El Rector Pedro Molina y el Vicerrector de Estudiantes José Guerrero a la salida de la reunión en la que se decidió que el primero no había de abstenerse para intervenir en el proceso sancionador que le afectaba)
Una de las diferencias sustanciales entre los regímenes democráticos y los dictatoriales es que en los primeros el poder, o más bien los representantes públicos, pues se supone que aquel reside en el pueblo, han de someterse a las posibles críticas y aceptarlas, como uno de los fundamentos de la democracia, mientras que los dictadores no admiten la más mínima manifestación contraria a su gestión y reprimen a quienes la hagan, incluso de forma feroz.

Personalmente, creo que Pedro Molina, el actual Rector de la Universidad de Almería, que hace gala de haberse enfrentado a un régimen dictatorial como fue el de Franco, está tratando de aplicar otro en la UAL. En mi opinión, en su carrera política, iniciada en el PCE, al no tener éxito, cambió de signo en busca del poder y, a base de tenacidad y, seguramente, algo más, se fue haciendo con los resortes del poder en un ámbito, el universitario, que tiene aún mucho de feudal. Aprovechó la autonomía universitaria en la que los rectores son los amos y señores y, con el modelo cortijero que tenía de referencia, ha querido hacer de la UAL su cortijo, con la ayuda de una mano derecha, como suele ser frecuente, en unos años de bonanza económica donde ha sido fácil repartir prebendas para contentar a la mayoría en la que se sustentaba.

Una de las formas de controlar los resortes del poder en la Universidad es a través de la convocatoria de plazas, en especial las de catedrático. Denuncié públicamente la actitud que yo entendía corrupta de Pedro Molina en esta materia y lo que me encontré fue la represión: decidió abrirme un expediente y, actuando él de juez y parte, me sancionó con 4 años y 3 meses de suspensión firme de mis funciones docentes e investigadoras. ¿Cuál ha sido mi delito? Aparte de cumplir con mis obligaciones docentes e investigadoras, he tratado de formar a los alumnos no sólo en las materias que impartía, sino también en valores, por lo que me he negado reiteradamente a enseñarles a los alumnos que, cuando ejerciten sus legítimos derechos de exigir que los profesores cumplamos con nuestras obligaciones, se hayan de contentar con recibir la callada o la represión por respuesta; yo mismo he exigido también que nuestras autoridades resuelvan las reclamaciones presentadas constructivamente y no las tapen. Y mi crítica la he llevado hasta la máxima autoridad de la Universidad.

A la vista de mi experiencia, mi opinión es que a Pedro Molina no le gustan los regímenes dictatoriales cuando manda otro, pero, si quien ostenta el poder es él, entonces su actitud es bien distinta.

Jorge Lirola Delgado

Profesor de la Universidad de Almería, sancionado por Pedro Molina, Rector al que ha denunciado por corrupción