21/11/19

Tras la sanción de D. Carmelo Rodríguez Torreblanca


El rector de mi universidad, D. Carmelo Rodríguez Torreblanca, me ha sancionado con 5 años y 6 meses de suspensión de empleo y sueldo y no puedo estar ni como alumno en la UAL. 

La misma persona que me apoyó hace ocho años, cuando el anterior rector, D. Pedro Molina García, me sancionó con 4 años y 3 meses, porque lo creía injusto y mantenía que D. Pedro Molina gestionaba pésimamente la universidad, le ha dado la medalla de honor a Molina y me sanciona a mí, superando a su predecesor. ¡Muy elocuente!

Estoy convencido, y trataré de demostrarlo (no me ha dejado el instructor, D. Ignacio Díez de Lezcano Sevillano, quien ha hecho caso omiso de la mayoría de mis alegaciones en las que desmontaba las acusaciones), de que es una sanción muy muy injusta y falta por ver si el actual rector la ha tomado a sabiendas de su injusticia.

En cualquiera de los casos, es muy grave lo que están haciendo conmigo: tratar de cercenar una carrera vocacional y profesional y parece estar haciéndolo unas personas que perdieron la vocación docente y que, con la corrupción que campa en las universidades, se han hecho con el poder de gestión. 

Creo firmemente que aquellos que vayamos con nuestras mejores intenciones de trabajar en beneficio de todos y no de unos intereses espurios no debemos permitirlo. No debemos dejar que se adueñen de lo público para beneficio de unos cuantos. En ese sentido, estoy dispuesto a seguir trabajando, sin amedrentarme, de forma incansable y con todos los medios de los que dispongo. 

Si los dejamos hacer y deshacer a su albedrío, nos hacemos cómplices.

A mí me echan, pero yo no me voy. Me encontraréis trabajando para que prevalezca la Justicia. Y a ello me pongo.