Ana Fe Gil Serra, secretaria del Departamento de
Filología, se significó al no querer incluir en el acta las graves acusaciones
que formuló contra mí el Director del Departamento, Javier Aguirre Sádaba, de
ser yo un prevaricador y un calumniador, además de miserable y mezquino. Y ello
pese a mi insistencia de que, si no las retiraba, constaran en acta. Ni las
retiró Javier Aguirre ni las incluyó en el acta Ana Fe Gil.
Lo de ahora es más grave todavía,
pues al negar Javier Aguirre el que hubiera dicho lo que dijo, ante el secretario
judicial, le pedí a Ana Fe Gil copia de las actas donde, al menos, debían estar
incluidos mis votos particulares en los que sí lo hago constar y no apruebo el
acta por la manipulación interesada por parte de la secretaria del
Departamento, nombrada precisamente por Javier Aguirre. Las necesito para
adjuntarlas a la querella contra éste por calumnias e injurias ante la
indefensión en la que me dejó.
Ana Fe Gil Serra no quiso
recibirme en su despacho, sino que lo hizo en el pasillo; me dijo que me entregará
las actas dentro de plazo y se negó a aclararme a qué plazo se refería, de
cuánto tiempo era y si se esperará hasta el último momento para dármelas. Para
evitar el contestarme, se llevó a su despacho a un grupo de alumnos que venían
preguntando por otro profesor y que nada querían de ella. Tras ello, al
continuar negándose ella a contestarme y yo a irme de su despacho de secretaria
hasta que me lo dijera, llamó a los de Seguridad, que esta vez se atuvieron a
razones y no me sacaron por la fuerza, y al Inspector de Servicios. Finalmente
me contestó que tenía tres meses para responder a mi petición.
Pero es que no me deja ni
consultar las actas. Las tiene secuestradas y entiendo yo que obstaculiza mi
labor como miembro del Departamento al impedirme consultar datos de las actas
que custodia.
Ana Fe Gil sigue actuando de
forma partidista al levantar las actas al no incluir propuestas. No solo se
negó a enviarnos los borradores de las actas por correo electrónico para
agilizar las reuniones sino que tengo que consultarlas tomando notas y no se
pueden fotocopiar si no es con su permiso y para conseguirlo tengo que pedirlo
por escrito y esperar a que se digne concederlo, que puede ser dentro de tres
meses. Y el colmo ya es que para poder hablar con ella me exige que concierte
cita por escrito (y seguramente se tomará otros tres meses en contestar). Y
esto solo me lo solicita a mí, por lo que me siento discriminado.
Hoy, tras llamar a su despacho
(de profesora y de secretaria) y decirme que estaba ocupada, para lo cual se ha
puesto a llamar por teléfono, le he dicho que esperaré fuera y así lo he hecho.
Tras llegar otra profesora y comprobar que a ella sí la atiende y a mí no, se
lo he recriminado.
Y hoy me he enterado de que Ana
Fe, con mala fe, me ha denunciado por acoso laboral. Por lo visto, ahora
Andrés Sánchez Picón tendrá que mediar ante esa denuncia. A mí me parece un
despropósito, pues quien tendría que actuar es el Inspector de Servicios ante
el hecho de que no quiera cumplir con sus funciones de secretaria del
Departamento o lo haga de forma discriminatoria.
Aparte de mala fe, Ana Fe Gil
Serra, tiene mala educación por no querer atenderme en su despacho, que le
pagamos todos con nuestros impuestos, negarse a dar la información y querer
incluso atender a otros que llegan después de mí.
Si tuviera un poco de
vergüenza, dimitiría de su cargo de secretaria, como le pedí hace tiempo,
pero ya se sabe que en España los ineptos, los sinvergüenzas y los corruptos no
dimiten y así nos va.
Y lo llamativo es que, en la misma universidad en la que el Rector Pedro
Molina decidió sancionarme con 4 años y 3 meses por entender que al denunciarlo
por prevaricación y tráfico de influencias le estaba faltando al respeto,
aceptan a trámite una denuncia por acoso laboral de una administradora que hace
abuso de poder ante un administrado. Y lo gracioso es que la denuncia de acoso
laboral que presenté yo contra Pedro Molina hace ya muchísimo tiempo y que el
Ministerio de Trabajo me dijo que el que tenía que resolverla era la propia
universidad se debió de perder en el camino, pues de ella nada se sabe. ¿Quién
mediaría para que no se sepa nada de mi denuncia? Seguro que ésta no tardan
tanto en resolverla.