Hoy he ido al juzgado
de D. Antonio y he reiterado mi petición de poder hablar con él, tal como me
aconsejó la secretaria judicial. El funcionario se lo ha preguntado y me ha
dicho que estaba ocupado. Yo le he contestado que esperaría entonces y me he
sentado en un rincón para no estorbar y me he puesto a trabajar en uno de los
proyectos que llevo, el de las Recitaciones poéticas en la Alcazaba de
Almería. El funcionario ha venido más tarde y, por indicación del juez, me
ha explicado que mejor que le pidiera una cita por escrito. Me ha sorprendido,
pues le he sacado el escrito que presenté el 26 de octubre pidiéndola, por
registro. Él se ha sorprendido más aún y le ha llevado la petición al juez.
Éste le ha dicho que tengo que presentar otro en el que diga expresamente que
pido una cita. Por lo visto, no vale el que diga, tras la exposición de las
razones, “SUPLICO que se me permita hablar con Usted directamente para tratar
lo que yo considero claros errores”. Me ha parecido una simple excusa como la
vez anterior en la que me dijo que pidiera la cita por escrito y así lo hice. Seguí, por tanto,
esperando. Al rato, esperanzado, ví acercarse al juez hacia mí, pensando que
era para hablar, pero, desilusión, era para decirme, de malas maneras y nervioso él, que
tenía que marcharme y que había llamado a la Guardia Civil. Y, efectivamente,
aparecían dos agentes en la Sala, para que me marchara. En la Sala, aparte de
los mencionados, había cuatro funcionarios más, delante de los cuales, traté de
explicarle al juez, con tranquilidad, que, aunque él es la autoridad, no debe actuar
arbitrariamente y no tenía justificación que me echara de esa manera. Como no
ha querido saber más y se ha marchado alterado, les he explicado a los
guardiaciviles que, aunque él sea la autoridad, ha de actuar conforme a la ley
y no arbitrariamente y no puede ordenar que me vaya porque así le viene en gana
a él. Los guardiaciviles, como yo, son funcionarios y cada uno nos dedicamos a
cumplir con nuestras obligaciones al amparo de las leyes, pero la constitución
nos prohibe actuar arbitrariamente. Creo que lo han entendido y les he pedido
que se lo pregunten a su jefe, el cual también ha aparecido al rato, pues seguramente
la situación posiblemente se repetirá si el juez mantiene esa actitud. También
ha aparecido la secretaria judicial, Dña. Margarita Sánchez Nieto, que no ha
sabido decir por qué ley no podía estar yo allí esperando. He terminado de
preguntarle unas cosas al funcionario del juzgado y después me he despedido
hasta un próximo día en el que volveré a ver si me recibe ya el señor juez D.
Antonio Luis García Valverde. Espero que deje de actuar arbitrariamente, pues muy mal están las cosas si la persona que está para impartir Justicia, actúa injustamente y de mala manera. Como les he dicho a los agentes en la conversación que hemos mantenido sobre la crisis, seguramente ésta no nos afectaría tanto si este juez y otras personas con poder, cumplieran bien con su trabajo, con sometimiento a las leyes y a la Justicia, no saltándose unas y otra a la torera.
En el siguiente vídeo puede verse también cómo actúa durante un juicio: http://www.youtube.com/watch?v=SuMC_l5dwks
En el siguiente vídeo puede verse también cómo actúa durante un juicio: http://www.youtube.com/watch?v=SuMC_l5dwks