En relación con la sanción que me impuso Pedro 
Molina, la Junta de PDI (Personal Docente e Investigador) me dio amparo y solicitó al Rectorado una serie de 
puntos, entre los que estaba el que se paralizara el proceso hasta no contar con 
informes externos sobre su legalidad. Ese amparo no fue efectivo, pues Pedro 
Molina no hizo ningún caso a la solicitud, sin que el Presidente de la 
Junta de PDI, José Antonio Torres Arriaza, velara por el cumplimiento 
del acuerdo. Es más, se negó a que pudiera reunirme con la Junta tras mi 
petición y pedir él información al Rectorado y contestarle éste que, al no ser 
yo miembro de la Universidad, por ser efectiva mi sanción, no podían reunirse 
conmigo. Y ello en el contexto en el que, al mismo tiempo, el Rectorado me 
impedía matricularme en Filología Hispánica utilizando el argumento de que un 
profesor no puede matricularse en el centro donde imparte docencia, pues seguían 
considerándome miembro de la UAL. Pura hipocresía del Rectorado, compartida y 
consentida por José Antonio Torres Arriaza.
Estoy seguro de que si la Junta de PDI y, en 
especial, su Presidente, encargado de ejecutar los acuerdos, hubiera velado por 
mis derechos como miembro del PDI, no hubiera sido necesario que recurriera yo a 
los Tribunales de Justicia y haya estado sancionado durante más de 11 meses, 
injustamente, entiendo yo. 
Ante las actitudes prepotentes de diversas 
autoridades, necesitamos una Junta de PDI que vele de forma efectiva por la 
defensa de nuestros derechos como trabajadores, lo que, por lo que a mí me 
consta, no ha hecho José Antonio Torres Arriaza. Es por ello por lo que 
SOLICITO SU INMEDIATA DIMISIÓN. Sé que los sinvergüenzas y 
afines no dimiten, sino que hay que echarlos. Espero que no sea el caso de 
José Antonio Torres Arriaza y, por 
vergüenza, dimita y dé paso a otra persona que nos defienda de una 
forma eficaz. 
En el caso de que no dimita José Antonio Torres 
Arriaza, de forma subsidiaria, solicito que dimitan el 
resto de los miembros de la Junta de PDI, ante el incumplimiento de su 
Presidente, por vergüenza ajena o propia, por no haber exigido 
que el Presidente cumpla con sus funciones.
Ante la negativa del Rector de pedir informes 
externos independientes, hubiera bastado con que la Junta de PDI los hubiera 
solicitado y los hubiera puesto sobre la mesa para que el Rector Pedro Molina no 
hubiera cometido abuso de poder, como entiendo que ha hecho.
A la espera de la dimisión, que reiteraré cuantas 
veces haga falta, para vergüenza de José Antonio Torres Arriaza, recibid un 
cordial saludo.
Jorge Lirola Delgado.
Miembro del PDI
Envío copia de este correo a todos los miembros 
de la Junta de PDI y al personal de la UAL
 
 
