31/12/10

Como buen deseo para este 2011 me he propuesto, entre otras cosas, acabar con el sistema de informes confindenciales de la ANECA, la ANEP y cualquier otro organismo público. Aunque no lo consiga, lo voy a intentar CON TODAS MIS FUERZAS, que no son pocas.
Y para qué esperar al 2011, por lo que empiezo ya (de hecho continúo, con más fuerza, lo que ya empecé).
Estrategias que voy a seguir:
1) Ir directamente a la cabeza, para lo cual voy a formular una denuncia al Ministerio Fiscal, con pruebas concretas en las que entiendo yo que se han vulnerado derechos fundamentales, con nombres y apellidos, por si fueran prácticas delictivas y punibles, para exigir las responsabilidades oportunas.
2) Ir también a los pies. Todo sistema injusto lo sostienen personas concretas, unas de forma activa y otras precisamente por inactividad y dejar hacer. La experiencia me dice que no habría prepotentes sin cohorte de eunucos. Lo bueno del tema es que, por lo que he podido comprobar, con frecuencia esa cohorte suele ser de personas cobardes, que precisamente, como en este caso, se tratan de ocultar bajo la confidencialidad.
3) La denuncia pública, a través de prensa e internet. Entre otras páginas, iré actualizando con lo que vaya haciendo esta página de denuncias.
También os animo a que todos aquellos que queráis sumaros o simplemente contarme vuestros casos concretos lo hagáis para unir fuerzas. Será más fácil y más gratificante, sobre todo cuando se encuentra a gente que está dispuesta a trabajar por acabar con las injusticias en beneficio de todos, sin intereses particulares. Por favor, hacedlo a: jld@ibntufayl.org
Empiezo a desarrollar el punto 2 y 3 hoy mismo.
No me dejan presentarme a una cátedra que saldrá en breve en Almería. Aunque me hubiera gustado poder hacerlo, no podré, pero por lo menos servirá para que intente acabar, en beneficio de las nuevas generaciones, con ese sistema que considero injusto y que creo que se presta a crear mafias.
Si no me puedo presentar es porque me han emitido informes no muy buenos dos personas. Los posibles candidatos para emitirlos eran: Maribel Fierro, Jorge Aguadé y Francisco Franco, al que también envío copia de este mensaje. Les pregunté si lo habían emitido. Maribel Fierro me contestó que no y los otros dos no contestaban. Después de hacerlo público y volver a preguntarlo en mensaje que envié a todos los catedráticos en activo, explicándoles el caso, Jorge Aguadé me contestó diciéndome que era confidencial y no lo podía decir (le contesté que me resultaba curioso que cuando me dieron un proyecto de investigación me enterara por él mismo de que nos había emitido un informe, sin que entonces tuviera reparos en vulnerar la confidencialidad, y ahora sí la tenía y le pedía que, como experto evaluador, calificara su actuación). Francisco Franco sigue sin contestar. Seguiré preguntándoles. En cualquier acto público que coincidamos, no dudéis que ya tenéis una pregunta que os formularé.
Una de las primeras tareas será saber quién se presta a hacer informes confidenciales, para hacerles comprender que no es justo e incluso es ilegal juzgar a una persona y querer esconderse en la confidencialidad.
¡Por un espléndido 2011! En gran parte, de nosotros depende.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ah! ahora te quejas de que el proceso es confidencial. Justo cuando te dicen que no... Muy bonito... ¿Si te hubiesen dicho que sí te quejarías igual? Vengaaaa vengaaa que yo también me dedico a este negocio de la Universidad...

Jorge Lirola dijo...

Si te fijas bien, me quejaba y exigía que se acabaran los informes confidenciales desde mucho antes. Lo plantee en la SEEA mucho antes y lo aprobamos en contra de quienes se quieren escudar en la confidencialidad para trapichear.