Por lo que he comprobado y denunciado en varias ocasiones,
es una práctica corrupta bastante frecuente en las universidades el que se
convoque una plaza a concurso público para que la obtenga una persona concreta.
Hace ya más de una década la Universidad de Alicante convocó
una plaza así, que tenía como destino otorgársela a Verónica Mateo Ripoll. Pero
se presentó otra persona más cualificada: Josep David Garrido i Valls, aunque
no fue obstáculo para que, de forma descarada, se la concedieran a quien estaba
previsto y decidido, se hubiera presentado quien se hubiera presentado.
Los tribunales de justicia anularon la plaza y obligaron a repetirla,
dándose el curioso caso de que la candidata a la que querían beneficiar en la
Universidad de Alicante no podía realmente presentarse y sí el otro candidato.
La corrupción universitaria, para estos casos, tiene sus
recursos: no se da la plaza al candidato cualificado, dejándola vacante, y se
crea otra para la persona que se quería colocar y así la obtiene quien se
quiere que la obtenga y cuestión solucionada.
Los tribunales de justicia obligaron a volver a repetir la plaza a la
que se presentaba el candidato cualificado. En esta ocasión, al enterarme,
quise asistir al concurso público para comprobar con mis propios ojos lo que
sucedía y dejar constancia de ello. Previamente di difusión a un mensaje entre
el profesorado de las universidades a las que pertenecían los miembros del
tribunal y la de Alicante, anunciando la convocatoria, y aproveché el día de
comienzo de las pruebas para difundir el separador que publiqué de la serie
“Chanchullos University” en la Universidad de Alicante, tanto entre profesores
como también algunos alumnos. En él uno de los protagonistas está inspirado en
un catedrático de esa universidad.
De forma respetuosa en todo momento, me senté en primera
fila para no perder detalle y pude comprobar cómo los miembros del Tribunal
venían con animadversión manifiesta hacia el único candidato que se presentaba.
Daba la impresión de que tenían la decisión tomada con antelación e, hiciera lo
que hiciera el candidato, lo iban a suspender, como así fue. Se notaba incluso
nerviosismo por parte de la Presidenta del Tribunal, Dña. Josefa Sanz Fuentes.
Fueron incluso crueles con el candidato. Aparte de las habituales observaciones
que se solían hacer en este tipo de pruebas (respondía a la fórmula del 2003)
–que si la bibliografía no era completa ni satisfactoria, que si tenía forma
más bien de memoria en lugar de proyecto de investigación, que si los temas no
estaban en el orden adecuado- añadieron otros muy injustos, como el que el
candidato no se adecuaba al perfil porque no había dicho que se sintiera
especialista en paleografía y diplomática (parece incluso que le pedían que tuviera
la titulación en esas especialidades que ni ellos mismos tienen, pues no existe
en España), que tres años de docencia eran muy escasos para dar clases, e
incluso uno de ellos, Jesús Alturo Perucho, que curiosamente había sido
director de la tesis del candidato y compañero de Departamento, llegó a decir
que “se emancipó prematuramente como discípulo”, mostrando un gran
resentimiento aunque lo calificara de “dolor” por el hecho de que quien
entendía él que era su discípulo hubiera abandonado el nido sin tener las alas
formadas y por eso, lo que en otro momento era que estaba capacitado se tornó
en que no lo estaba.
El resultado fue que lo consideraron como totalmente deficiente y
nadie le dio su voto favorable. Y la plaza la dejaron vacante, plaza que ya
está ocupada por la persona que quiso la Universidad, si bien no como
funcionaria.
Al parecer, los miembros de la Comisión se sintieron
coaccionados por mí, de lo cual levantaron acta, sin comunicarme nada; me he
enterado por interesarme sobre el resultado y sus detalles. La impresión que
tengo es que querían que no hubiera testigo de la injusticia que iban a
perpetrar. De hecho, sin que nadie intentara grabar nada, insistieron con
reiteración en que no se permitía grabar nada.
Reproduzco a continuación el mensaje que entendieron que los
coaccionaba y que, en mi caso sí, tuve la cortesía de enviárselo a ellos al
mismo tiempo que al resto de compañeros:
Estimada/o
compañera/o de universidad pública:
Como le
comenté, un caso más sangrante que el mío es el que ha sufrido David
Garrido Valls y que he podido seguir. Tras dos sentencias del Tribunal
Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana y una del Tribunal Supremo,
todas ellas favorables, y más de un década de litigios judiciales, se
procederá a celebrar, por tercera vez (esperemos que sea la definitiva), la
plaza de Profesor Titular de Universidad en el Área de Ciencias y
Técnicas Historiográficas en la Universidad de Alicante.
Mañana
martes, los siguientes profesores habrán de decidir el futuro de una persona
honesta y profesional a las 11 en el Salón de Grados de la Facultad de
Filosofía y Letras (edif. III, planta 1) de la Universidad de Alicante.
Presidenta:
María Josefa Sanz Fuentes (Universidad de Oviedo)
Secretario:
Francisco Reyes Marsilla de Pascual (Universidad de Murcia)
(Ambos
nombrados por la Universidad de Alicante)
Vocales:
Jesús
Alturo Perucho (Universidad Autónoma de Barcelona)
Virginia
María Cuñat Ciscat (Universidad de Cantabria)
Juan
Carlos Galende Díaz (Universidad Complutense de Madrid)
De ellos
depende el hacer Justicia. Yo estaré allí para seguir el proceso de primera
mano pues desde la Plataforma contra la Corrupción y el acoso laboral y la
Asociación para la Transparencia Universitaria se está dando apoyo a David
Garrido Valls por la gran injusticia que se entiende que ha sufrido y con
reiteración hasta ahora.
Un
cordial saludo.
Jorge Lirola.
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