23/11/14

Consumación de una injusticia universitaria anunciada y con reiteración

Por lo que he comprobado y denunciado en varias ocasiones, es una práctica corrupta bastante frecuente en las universidades el que se convoque una plaza a concurso público para que la obtenga una persona concreta.

Hace ya más de una década la Universidad de Alicante convocó una plaza así, que tenía como destino otorgársela a Verónica Mateo Ripoll. Pero se presentó otra persona más cualificada: Josep David Garrido i Valls, aunque no fue obstáculo para que, de forma descarada, se la concedieran a quien estaba previsto y decidido, se hubiera presentado quien se hubiera presentado.

Los tribunales de justicia anularon la plaza y obligaron a repetirla, dándose el curioso caso de que la candidata a la que querían beneficiar en la Universidad de Alicante no podía realmente presentarse y sí el otro candidato.

La corrupción universitaria, para estos casos, tiene sus recursos: no se da la plaza al candidato cualificado, dejándola vacante, y se crea otra para la persona que se quería colocar y así la obtiene quien se quiere que la obtenga y cuestión solucionada.

Los tribunales de justicia obligaron a volver a repetir la plaza a la que se presentaba el candidato cualificado. En esta ocasión, al enterarme, quise asistir al concurso público para comprobar con mis propios ojos lo que sucedía y dejar constancia de ello. Previamente di difusión a un mensaje entre el profesorado de las universidades a las que pertenecían los miembros del tribunal y la de Alicante, anunciando la convocatoria, y aproveché el día de comienzo de las pruebas para difundir el separador que publiqué de la serie “Chanchullos University” en la Universidad de Alicante, tanto entre profesores como también algunos alumnos. En él uno de los protagonistas está inspirado en un catedrático de esa universidad.

De forma respetuosa en todo momento, me senté en primera fila para no perder detalle y pude comprobar cómo los miembros del Tribunal venían con animadversión manifiesta hacia el único candidato que se presentaba. Daba la impresión de que tenían la decisión tomada con antelación e, hiciera lo que hiciera el candidato, lo iban a suspender, como así fue. Se notaba incluso nerviosismo por parte de la Presidenta del Tribunal, Dña. Josefa Sanz Fuentes. Fueron incluso crueles con el candidato. Aparte de las habituales observaciones que se solían hacer en este tipo de pruebas (respondía a la fórmula del 2003) –que si la bibliografía no era completa ni satisfactoria, que si tenía forma más bien de memoria en lugar de proyecto de investigación, que si los temas no estaban en el orden adecuado- añadieron otros muy injustos, como el que el candidato no se adecuaba al perfil porque no había dicho que se sintiera especialista en paleografía y diplomática (parece incluso que le pedían que tuviera la titulación en esas especialidades que ni ellos mismos tienen, pues no existe en España), que tres años de docencia eran muy escasos para dar clases, e incluso uno de ellos, Jesús Alturo Perucho, que curiosamente había sido director de la tesis del candidato y compañero de Departamento, llegó a decir que “se emancipó prematuramente como discípulo”, mostrando un gran resentimiento aunque lo calificara de “dolor” por el hecho de que quien entendía él que era su discípulo hubiera abandonado el nido sin tener las alas formadas y por eso, lo que en otro momento era que estaba capacitado se tornó en que no lo estaba.

El resultado fue que lo consideraron como totalmente deficiente y nadie le dio su voto favorable. Y la plaza la dejaron vacante, plaza que ya está ocupada por la persona que quiso la Universidad, si bien no como funcionaria.

Al parecer, los miembros de la Comisión se sintieron coaccionados por mí, de lo cual levantaron acta, sin comunicarme nada; me he enterado por interesarme sobre el resultado y sus detalles. La impresión que tengo es que querían que no hubiera testigo de la injusticia que iban a perpetrar. De hecho, sin que nadie intentara grabar nada, insistieron con reiteración en que no se permitía grabar nada.

Reproduzco a continuación el mensaje que entendieron que los coaccionaba y que, en mi caso sí, tuve la cortesía de enviárselo a ellos al mismo tiempo que al resto de compañeros:

Estimada/o compañera/o de universidad pública:

Como le comenté, un caso más sangrante que el mío es el que ha sufrido David Garrido Valls y que he podido seguir. Tras dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana y una del Tribunal Supremo, todas ellas favorables, y más de un década de litigios judiciales, se procederá a celebrar, por tercera vez (esperemos que sea la definitiva), la plaza de Profesor Titular de Universidad en el Área de Ciencias y Técnicas Historiográficas en la Universidad de Alicante.

Mañana martes, los siguientes profesores habrán de decidir el futuro de una persona honesta y profesional a las 11 en el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras (edif. III, planta 1) de la Universidad de Alicante.

Presidenta: María Josefa Sanz Fuentes (Universidad de Oviedo)
Secretario: Francisco Reyes Marsilla de Pascual (Universidad de Murcia)
(Ambos nombrados por la Universidad de Alicante)

Vocales:
Jesús Alturo Perucho (Universidad Autónoma de Barcelona)
Virginia María Cuñat Ciscat (Universidad de Cantabria)
Juan Carlos Galende Díaz (Universidad Complutense de Madrid)

De ellos depende el hacer Justicia. Yo estaré allí para seguir el proceso de primera mano pues desde la Plataforma contra la Corrupción y el acoso laboral y la Asociación para la Transparencia Universitaria se está dando apoyo a David Garrido Valls por la gran injusticia que se entiende que ha sufrido y con reiteración hasta ahora.

Un cordial saludo.
Jorge Lirola.

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