Quise seguir de cerca el proceso electoral y así lo
he hecho, hasta el punto de actuar como interventor en una de las mesas, para
ahora sacar mis propias conclusiones y emitir un informe público sobre el
mismo.
La mayoría de las candidaturas se han polarizado en
torno a los dos candidatos a rector (Javier de las Nieves y Carmelo Rodríguez)
sin querer significarse los candidatos a representantes al claustro,
especialmente entre el profesorado, lo cual ha dificultado el recuento en
aquellos que han ignorado que había dos claras candidaturas de 114 personas cada
una que, en el documento que haré público al final, se podrán ver esas
candidaturas. E incluso podremos analizar casos de penalizaciones, con
votos-castigo, a algunas personas en concreto.Sin duda, será interesante conocerlas.
En el sector del PAS han sido más claros y se
agrupaban por siglas. En el sector de alumnos unos eran claros utilizando también
siglas (partidarios de Carmelo Rodríguez) y otros trataban de ocultarse entre
los independientes que no utilizaban siglas (partidarios de Javier de la
Nieves).
Los menos diáfanos, los profesores, en todos los
sectores. Dentro del sector más privilegiado, PDI funcionario doctor, se ha
observado un nutrido grupo de personas que se han presentado para no salir en
las mesas electorales o a modo testimonial y participativo, como era mi
caso.
Como la representación no funciona entre el
alumnado y el profesorado (quizás sí entre el PAS), pues claramente esto eran
una primarias para la elección del próximo rector. Quién quisiera salir había de
afiliarse a una lista y luego ser disciplinado en el voto un tanto borreguil,
pues estoy seguro de que la mayoría no conocían a muchos de los que votaban.
Afortunadamente, desde mi punto de vista, hay gente en la universidad que no
quieren uniformarse realmente y digo realmente pues la mayoría de los profesores
se uniforman pero les da vergüenza o miedo y lo escoden. Esto es muy elocuente
de en qué universidad estamos.
La vieja guardia y quien quiere sucederla o
mantenerse como tal se veía muy clara, con los métodos ya clásicos en esta
universidad de ponerse en la puerta por la que han de pasar todos los electores
(estaban para una foto Pedro Molina, Pepe Guerrero y Javier de las Nieves y
alguno más que se apuntaba también), teléfonos en mano dando directrices, sobre
todo en momentos clave.
Ha habido una elevada participación, sobre todo en
el sector del profesorado (en mi mesa un 95,87%) y una de las cosas más llamativas que dará para muchos comentarios:
el alto índice de votos anticipados, el 15% en mi mesa, el perfil de los mismos
y si alguien los ha fomentado.
Quiero destacar primero lo que yo considero fallos,
con propuestas de mejora.
1) La Junta Electoral, que tenía un papelón, debía
entonar cierto mea culpa y procurar que se corrijan algunas cosas. Mi mesa tardó
en constituirse porque no aparecían todos los titulares ni los suplentes y no sé
de quién podía ser la responsabilidad pues al final aparecieron dos presidentes
suplentes y ninguno titular (lo cual parece que sucedió también en otras). Lo
mejor del día, sin duda, fueron los profesores con los que compartí mesa,
papeletas y cháchara. Hay muy buenos profesionales en la UAL, sobre todo, al
menos, entre los que no quieren meterse en política. La Junta Electoral debía
renovar procedimientos y darles más facilidades a éstos en el tema de la
confección de las actas y que solo fuera necesario cumplimentar los resultados
de la votación y estampar las firmas (no es nada difícil de
planificar).
2) A mí personalmente, me parece poco eficiente y
poco justo en todos los sentidos el que se pudiera votar hasta un 75% de los
candidatos (y que una candidatura completa cope el 75% de los representantes).
¿Qué pensaríamos si así se hiciera en las elecciones generales en España y cuál
sería el resultado? Pues siempre una mayoría absoluta de un bipartidismo del que
ya estamos hasta las narices la inmensa mayoría. ¿Quién sería el lumbreras que
se inventó este procedimiento? Por favor, que levante la mano si es que está
orgulloso de él, para que lo discutamos. Y si no, ruego que se cambie en
beneficio de la gente de buena voluntad, entre ellos los que han de recontar los
votos. Bastaría con hacer que cada uno pudiera votar a un 5 o 10%
de representantes, siempre redondeando al alza (que ya son representantes -8 o 15
en mi sector-, que además luego si te he visto no me acuerdo de tí y no voy a
defender ni incluso plantear lo que me pides). Así, sin duda, tendríamos una UAL
muchísimo más plural. ¿Es que no interesa una Universidad plural? Pues lo mismo
es que no.
Seguirá...
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